Se apoya a mujeres otomíes de escasos recursos económicos para que lleguen a ser auto-suficientes y puedan sostener a sus familias, terminar el ciclo de pobreza extrema y ofrecer una vida más digna. Algunas mujeres han sufrido el abuso o abandono, son viudas o madres solteras; con frecuencia son analfabetas o no tienen más de tres años de educación formal. Necesitan superar su falta de auto-estima que les debilita en su capacidad de superarse. Después de participar en un programa de corte y confección, las mujeres producen una gran variedad de ropa, bordados y otras manualidades que se venden mayormente en las ciudades grandes y en los Estados Unidos de América.

Por medio de visitas domiciliares de la trabajadora social y la directora, y encuentros formales, las mujeres reciben orientación en el desarrollo de habilidades como: educación de salud familiar, y crecimiento personal y como madres y padres para vivir mejor.