Las Siervas Pobres de Jesucristo han trabajado con mujeres indígenas y sus niños en el programa Taller de Bordado en el centro de la ciudad de Querétaro desde 2004, ayudándoles a vivir una vida sencilla con dignidad. Usando sus habilidades en punta cruz que habían aprendido como niñas en México rural, las mujeres, bajo la supervisión de una Sierva Pobre, empezaron a hacer productos de calidad para vender, para suplementar lo poco que ganaron vendiendo dulces y cigarrillos en la calle. Con la ayuda de la congregación internacional, amigas y bienhechores, se logra vender hermosos productos (tarjetas, separadores, cuadros, etc.) en varias tiendas, un bazar navideño y otros lugares en México, Estados Unidos y Alemania. Desde su fundación, las mujeres han hecho más de 32,000 productos.

Además de clases de lectura, la Sierva Pobre responsable organiza talleres para desarrollar sus habilidades como mamás. Gracias al sentido de confianza que ha crecido en estos años, muchas mujeres comparten sus dificultades familiares con la Hermana. Estas situaciones piden una variedad de respuestas: acompañar a las mujeres a la Oficina de Derechos Humanos, ayudarlas a entrar en un albergue para mujeres para víctimas de la violencia doméstica, consejería que les ayude a fortalecer su auto-estima El número de mujeres sube y baja, pero su crecimiento en habilidades sociales y su generosidad dentro del grupo son evidentes.